Luego de verificarse el replanteo, hay 2 tareas principales para hacer: las excavaciones y la preparación de los materiales con los cuales se fundará la construcción, en este caso hormigón armado. Siempre es conveniente saber con anticipación cómo es el terreno sobre el cual vamos a fundar, para eso hay 2 procedimientos normales: la zanja de exploración y el estudio de suelos; el primero se hace con la ayuda de un operario excavador en forma manual, el estudio en cambio es mecánico y es planificado y monitoreado por un experto en mecánica de suelos. Para una construcción de este tipo, de bajas cargas, con una excavación de 1 a 1.50m es suficiente, la apreciación en corte mostrará los estratos que componen el terreno sobre el cual fundaremos. En este caso podemos ver unos 20 a 30cm de suelo vegetal (tierra, humus y raíces), luego unos 40cm de limo (oscura y fina) y más abajo ¨tierra colorada¨, que es un suelo con gran proporción de arcillas, material bastante cohesivo. De acuerdo a la zona, puede suceder que detectemos presencia de napas freáticas cercanas (como en este caso), situación que afecta las condiciones del trabajo y modifica el comportamiento del suelo, en algunos casos la variación de dicho nivel puede dar lugar a los llamados asientos diferenciales: movimientos del terreno que provocan el deslizamiento de las fundaciones.
Al profundizar las excavaciones, encontramos suelo apto para fundar a unos 2m de la cota de terreno natural. Es así que, luego de una interconsulta con el calculista estructural, decidimos modificar el planteo original (utilizar bases) y construir vigas de encadenado inferior sobre pilotines, lo que disminuye el volumen de excavación y de hormigón necesarios; además en este caso es necesario deprimir mecánicamente el nivel del agua para poder llenar los pilotines. En la práctica, si no se cuenta con una máquina pilotera, se hace un pozo de aprox. 80x80cmx1a1.20m de profundidad y luego se continúa la excavación manual con palas de punta o palas ¨vizcacheras¨, las mismas que se utilizan en el campo para colocar postes de alambrado. Aquí se puede apreciar la aparición del agua freática, que deberá ser desplazada (deprimida).
Al avanzar la excavación, debe tenerse en cuenta que por efecto del esponjamiento del terreno, al borde de cada pozo se genera un montón de tierra que por lo menos duplica el volumen geométrico de la excavación, lo que puede dificultar los movimientos en el lugar. Si el sitio lo permite, es conveniente separar la tierra vegetal por 2 razones: para no rellenar los huecos luego de llenar las fundaciones con tierra ¨blanda¨ o de difícil compactación y para reponer las capas fértiles en los lugares donde el suelo, por efecto de las obras, quede dañado (disminuyendo el costo de parquizaciones al final de la obra).
Las primeras tareas desarrolladas nos permiten también evaluar la calidad de personal con la que estamos trabajando, en este caso no intervienen los planteles con los que trabajo habitualmente, así que es necesario estar muy atentos. Sugiero que, antes de comenzar los trabajos, se solicite al constructor (o capataz) un cronograma de objetivos o, más apropiadamente, un plan de obra; actualmente también es conveniente ir haciendo un control presupuestario que (no obstante resultarnos un poco engorroso) permite acotar los desvíos económicos que pueden afectar el desarrollo normal de la obra. Hay muchas aplicaciones de soft que pueden servir como apoyo, no hay que olvidar igualmente de utilizar sobre todo, nuestro sentido común y las posibilidades reales del cliente y del constructor.
Los detalles más pequeños pueden darnos pistas tempranas sobre la aptitud del personal que hará la obra, como ejemplo vean esta película.
Al profundizar las excavaciones, encontramos suelo apto para fundar a unos 2m de la cota de terreno natural. Es así que, luego de una interconsulta con el calculista estructural, decidimos modificar el planteo original (utilizar bases) y construir vigas de encadenado inferior sobre pilotines, lo que disminuye el volumen de excavación y de hormigón necesarios; además en este caso es necesario deprimir mecánicamente el nivel del agua para poder llenar los pilotines. En la práctica, si no se cuenta con una máquina pilotera, se hace un pozo de aprox. 80x80cmx1a1.20m de profundidad y luego se continúa la excavación manual con palas de punta o palas ¨vizcacheras¨, las mismas que se utilizan en el campo para colocar postes de alambrado. Aquí se puede apreciar la aparición del agua freática, que deberá ser desplazada (deprimida).
Al avanzar la excavación, debe tenerse en cuenta que por efecto del esponjamiento del terreno, al borde de cada pozo se genera un montón de tierra que por lo menos duplica el volumen geométrico de la excavación, lo que puede dificultar los movimientos en el lugar. Si el sitio lo permite, es conveniente separar la tierra vegetal por 2 razones: para no rellenar los huecos luego de llenar las fundaciones con tierra ¨blanda¨ o de difícil compactación y para reponer las capas fértiles en los lugares donde el suelo, por efecto de las obras, quede dañado (disminuyendo el costo de parquizaciones al final de la obra).
Las primeras tareas desarrolladas nos permiten también evaluar la calidad de personal con la que estamos trabajando, en este caso no intervienen los planteles con los que trabajo habitualmente, así que es necesario estar muy atentos. Sugiero que, antes de comenzar los trabajos, se solicite al constructor (o capataz) un cronograma de objetivos o, más apropiadamente, un plan de obra; actualmente también es conveniente ir haciendo un control presupuestario que (no obstante resultarnos un poco engorroso) permite acotar los desvíos económicos que pueden afectar el desarrollo normal de la obra. Hay muchas aplicaciones de soft que pueden servir como apoyo, no hay que olvidar igualmente de utilizar sobre todo, nuestro sentido común y las posibilidades reales del cliente y del constructor.
Los detalles más pequeños pueden darnos pistas tempranas sobre la aptitud del personal que hará la obra, como ejemplo vean esta película.
El operario ubicado en primer plano utiliza un dispositivo mecánico producto del ¨ingenio popular¨ (característico de los individuos más ¨despiertos¨ y que han pasado por varias obras) para doblar los estribos de los pilotines, mientras el que está detrás usa una simple tabla clavada sobre el plano de trabajo. Para hacer la misma tarea en el mismo tiempo, el primero demora su trabajo y además supervisa el trabajo de su compañero, realizando además menor esfuerzo físico y logrando una pieza más regular en forma y tamaño, sin retorcer los hierros; si se pusieran a competir en velocidad de trabajo (lo hicieron), mientras el primero dobla 10 estribos en 5 minutos, el segundo logra terminar 7 en el mismo tiempo. Para esta obra, en pilotines y vigas de encadenado inferior solamente, se usarán aproximadamente 850 estribos. Si proyectamos esta diferencia de rendimiento a otras tareas, llegaremos a la concluiremos que es posible terminar antes y mejor (con menor impacto de costos de mano de obra) ciertos trabajos, esa diferencia es más importante cuanto más grande es la obra.
1 comentario:
Muchos de los obreros que se ven en esta obra no tienen equipo de protección personal adrcuado
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