En esta etapa se comienza con la elevación de la mampostería y la consolidación de los planos sub-rasantes o apoyos de los contrapisos interiores. En el proyecto, una impronta fuerte es el control de las variables climáticas y el acondicionamiento pasivo de la construcción, con el fin de ahorrar energía durante su vida útil y en un contexto (sugiero investigar este tema, en Argentina las proyecciones son bastante preocupantes) de escasas reservas no renovables, especialmente el gas natural. De manera que cada paramento será resuelto en función de la orientación cardinal, de la resistividad térmica esperada y finalmente de su cualidad estética. Estas decisiones se implementan tempranamente en la obra, sobre todo si implican interacción con las construcciones linderas; en este caso la pared medianera de apoyo de la vivienda tiene orientación sur y alterna sectores cubiertos con otros que no lo son, es decir que será necesaria la protección hidrófuga y térmica según el caso. Como primer paso se ha impermeabilizado el paramento de apoyo con concreto hidrofugante; puede advertirse en la imagen un ligero cambio de coloración en algunos sectores: esto se debe a que, una vez aplicada la protección es necesario cubrirla con una lechada de cal. Esto tiene 2 propósitos: por un lado proteger al concreto de la radiación solar directa que puede fracturarlo y por otro crear un puente de adherencia con revoques y mezclas. Un cuidado particular que debe tenerse es controlar el contacto entre los paramentos y el terreno natural o los contrapisos, en este caso se reforzó el concreto hidrofugante en estas zonas, para prevenir eventuales infiltraciones por ascensión capilar a través de materiales porosos.






