En el proyecto se contempla incorporar una instalación de calefacción por agua en circuitos cerrados, alimentada por una caldera mural con suministro de gas natural de la red pública. De acuerdo a la elección de los materiales de terminación decidimos implementar un sistema mixto: el denominado ¨piso radiante¨ junto a un sistema de radiadores de fundición de aluminio. La razón por la cual se proyectó de esta manera tiene que ver con la optimización de costos de construcción y eficiencia energética: sabiendo que los dormitorios llevarían pisos de madera consideramos que la inercia térmica de ese material (que conduce la temperatura mucho más lentamente que un material de base pétrea o cementicia) retardaría el calentamiento-enfriamiento de las habitaciones y podría crear una diferencia de humedad de contacto/ambiente en las caras superior e inferior del piso que eventualmente produciría movimientos no deseados en la madera. Sin embargo, debe considerarse que las temperaturas de servicio del agua para ambos circuitos son diferentes (el piso trabaja a aprox. 26ºC, mientras que el sistema de radiadores puede llegar a 85ºC en la caldera), por lo tanto instalaciones de este tipo sólo deben llevarse a cabo por técnicos muy experimentados. Aquí ejemplificaremos el caso del piso radiante.
Una vez construidos los contrapisos y aplicada sobre estos la protección hidrófuga cementicia, se instala una placa continua de 20mm de poliestireno expandido (conocido en nuestro medio como ¨telgopor¨), también puede agregarse una película de polietileno de alta densidad (a manera de barrera de vapor), la función de la placa es reducir al mínimo la pérdida de temperatura hacia el suelo, optimizando el consumo de la caldera. Sobre esta capa se coloca una malla metálica electrosoldada (usualmente de hierros de Ø4.2mm y separación de 15x15cm) que cumplirá 2 funciones: sujetar la tubería durante el montaje y reducir las tensiones internas de la capa cementicia superior (carpeta) dado su espesor y composición (alta proporción de cemento). Luego se procede a montar la tubería que a manera de serpentín continuo cubre toda la superficie a calefaccionar (usualmente la separación de los ramales es de 12 a 15cm) formando circuitos hacia la caldera que alimentará el sistema; suelo utilizar para esto el polipropileno reticulado de alta densidad (pex) que en opinión de los instaladores más experimentados es la mejor opción (a pesar de un mayor costo inicial) sobre todo en materiales cuya falla requeriría de costosas reparaciones posteriores. La tubería se sujeta a la malla metálica con precintos plásticos, no es recomendable utilizar alambres metálicos.


Terminado el montaje de las tuberías se procede a construir la carpeta cementicia, con personal experimentado pueden hacerse 2 pasos al mismo tiempo: primero se vuelca una mezcla de cemento, arena y un agregado grueso liviano, por ejemplo arcilla expandida industrialmente (en nuestro medio ¨leca¨) en un espesor aproximado de 4 a 6cm y sobre esta una capa de 2cm de cemento y arena para nivelar la superficie sobre la cual se colocarán los solados. La nivelación final se controla al igual que en las carpetas cementicias normales (ver posteos anteriores): puntos de nivelación fijos (bulines) y reglas para emparejar la superficie final. Debe considerarse que este sistema constructivo requiere en total de 8 a 10cm de espesor desde el nivel de contrapiso hasta el piso terminado ¡atención proyectistas!


Las imágenes finales muestran detalles que considero importante tener en cuenta. Cuando incorporamos modificaciones térmicas artificiales a materiales por naturaleza rígidos debemos prever que se producirán movimientos de contracción y dilatación en los mismos que no dependen totalmente de las condiciones atmosféricas normales, por lo tanto es importante crear espacios que puedan absorber esos movimientos sin dañar los puntos de contacto entre diferentes planos, por ejemplo paredes y pisos. Esto se logra incorporando una capa de material compresible (ej. poliestireno expandido) en forma perimetral a los sectores tratados con instalaciones de calefacción bajo piso, lo que evitará presiones indeseadas entre los diferentes planos de la construcción, donde podrían aparecer roturas. Una medida adicional que recomiendo es la de reforzar la protección hidrófuga en la parte baja de los muros (comentada en posteos anteriores).


Una vez construidos los contrapisos y aplicada sobre estos la protección hidrófuga cementicia, se instala una placa continua de 20mm de poliestireno expandido (conocido en nuestro medio como ¨telgopor¨), también puede agregarse una película de polietileno de alta densidad (a manera de barrera de vapor), la función de la placa es reducir al mínimo la pérdida de temperatura hacia el suelo, optimizando el consumo de la caldera. Sobre esta capa se coloca una malla metálica electrosoldada (usualmente de hierros de Ø4.2mm y separación de 15x15cm) que cumplirá 2 funciones: sujetar la tubería durante el montaje y reducir las tensiones internas de la capa cementicia superior (carpeta) dado su espesor y composición (alta proporción de cemento). Luego se procede a montar la tubería que a manera de serpentín continuo cubre toda la superficie a calefaccionar (usualmente la separación de los ramales es de 12 a 15cm) formando circuitos hacia la caldera que alimentará el sistema; suelo utilizar para esto el polipropileno reticulado de alta densidad (pex) que en opinión de los instaladores más experimentados es la mejor opción (a pesar de un mayor costo inicial) sobre todo en materiales cuya falla requeriría de costosas reparaciones posteriores. La tubería se sujeta a la malla metálica con precintos plásticos, no es recomendable utilizar alambres metálicos.







