21/6/08

El entrepiso y las uniones difíciles

El proyecto contempla la construcción de una planta alta sobre el sector de cocina y comedor. Teniendo en cuenta la premisa de los tiempos y los costos de obra, en este caso hemos elegido un sistema estructural de perfiles metálicos laminados en caliente (tarea del herrero estructural) y un entrepiso de losetas prefabricadas de hormigón. En términos de costos la construcción con hormigón armado tradicional hubiera resultado casi equivalente, donde la diferencia se hace notable es en los tiempos. En primer lugar, la fabricación de los elementos sucede fuera de la obra, lo que permite utilizar las horas del personal en tareas que avanzan paralelamente; otro aspecto lo constituyen los tiempos de montaje: mientras una losa de hormigón llevaría (entre carpintería y llenado) más o menos una semana, este sistema se resuelve en 2 días y finalmente los tiempos de ¨liberación¨ de los sectores, fundamentalmente por el secado del material y los tiempos de resistencia que necesita el hormigón fresco: las losas llenadas in situ deben estar apuntaladas por lo menos 7 días (las vigas aún más), en este caso las vigas (metálicas) no requieren sostén posterior a su soldadura y las losetas se liberan en 3-4 días, lo que permite trabajar por debajo de ellas en poco tiempo. Particularmente este producto viene preparado además para dejar su parte inferior a la vista, por tener juntas más o menos parejas (se fabrican en moldes metálicos), por lo que puede evitarse la construcción de cielos rasos de terminación. Otra ventaja es que el conjunto pesa menos que un forjado sólido, transmitiendo menos carga a la estructura y evitando su encarecimiento; también hay ventajas en aislamiento térmico y acústico con respecto al sistema tradicional. Es un material que requiere un cuidadoso manejo en obra ya que un mal acopio o un golpe seco al manipularlo pueden quebrarlo y es prácticamente imposible de reparar. Cuando los extremos de las piezas deben utilizarse como apoyos para muros portantes es conveniente pedir al fabricante que reemplace el poliestireno expandido con concreto, en una profundidad de 10-15cm. Para la colocación suelo utilizar fieltro bituminoso o cartón embreado entre la loseta y su apoyo, esto permite un cierto movimiento ante esfuerzos de dilatación o contracción, sin dañar los revoques. Las imágenes muestran: tareas de preparación en los muros y el acopio en el lugar del material, antes de comenzar el montaje; sectores ya terminados y el mínimo apuntalamiento requerido.
Una tradición de las obras es, al terminar las losas y cubiertas, que el propietario de la obra ofrezca un asado para todo el personal, en nuestro caso (felizmente) dicho evento se cumplió puntualmente, la imagen lo refleja en forma contundente…







Todo proyecto que no provenga de un estudio de módulos o de sistemas de construcción industrializada o prefabricada va presentando, a medida que la construcción avanza, lo que podríamos denominar ¨uniones difíciles¨; son aquellos puntos de contacto entre diferentes partes de la obra que requieren soluciones constructivas que no siempre pueden preverse en la etapa de proyecto. Es necesario entonces estar muy atentos a esas eventualidades, por esos puntos puede colarse agua de lluvia, aire o presentarse fisuras inesperadas. Hay que evaluar las opciones y mantener un fluido intercambio de opiniones con el constructor y los gremios involucrados, tomando siempre las decisiones antes de que se oculten dichos sectores, para no perder el control sobre las consecuencias que un trabajo mal hecho puede producir.
Las imágenes muestran ejemplos de estos casos en uniones de muros y cubiertas y contacto con las construcciones linderas.






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